miércoles, noviembre 14, 2007

Otoño


El otoño se desparrama por la calle de la Ballena. Mira las baldosas húmedas y frías y trata de huir por las esquinas. Aunque el frío se empeñe en teñirlo todo de gris, él arroja al aire su alarido de amarillos, de ocres, de verdes, de marrones, de bermellón y fuego. Una orgía cromática antes de morir.






Fue un placer dar una vuelta por esa tierra de contrastes y encontrarte de nuevo, amigo; aunque el gélido aire se convirtiera también en nuestro compañero y se emborrachara hasta mi sombra.
Au revoir camarada.