Ha llovido. Literal. Se han pasado los días y entre viajes por el centro y por el norte y días de trabajo vespertino, las horas han seguido quemándose en Saigón y ya no queda nada. En menos de 20 días estaré de vuelta en España sin demasiados compromisos, aunque con una maleta llena de posibilidades de volver a huir, o de quedarme. Ni el que escribe lo sabe. Habrá que pensar en algo.
Foto: Manos de mujer en Ta Van