
Siempre he sido un jugador de fútbol deplorable, torpe de pies, carente de creatividad alguna, lento y sin gusto por el balón. Patán, ingenuo y miedoso. Rectifico, nunca he sido un jugador de fútbol, soy más bien un estorbo que pulula por el campo sin sentido ni dirección. Sin embargo, he jugado en el mejor equipo del mundo, un increíble combinado nacional de gente asombrosa en el que se respiraba un ambiente que ya le gustaría a Zapatones. Soy 7 veces internacional y he jugado un mundial con la selección española. Tiene cojones.