lunes, agosto 13, 2007

Phuòng del norte



Cuando llegué estaba a lomos de un búfalo de agua con un ramillete de hierbas aromáticas entre sus manos. Reía abiertamente y sus carcajadas irrumpían en el martilleo constante de las cigarras durante las últimas horas de la tarde.

La llamaré Phuòng, pues su cara me recuerda a una amiga de Saigón con ese nombre.

No sé qué podía ser tan gracioso, si simplemente era una expresión de júbilo infantil o si se reía de mí abiertamente. Supongo que lo hacía al ver mi estampa tras 8 horas sobre una motocicleta, con las piernas embarradas y el gesto cansado.

Los hermanos de Phuòng estaban en un campo de arroz a su izquierda, y compartieron con ella la imagen tronchante de un extranjero en un camino perdido del norte.

Después me miró con curiosidad al ver que le dedicaba tiempo, con una sonrisa constante y agitando las hierbas de pequeñas flores lilas para captar su aroma.

Al marcharme, Phuòng me regaló un adiós sincero y un buen viaje sin palabras. Y allí seguirá, en algún lugar de la montaña entre Ha Giang y Bac Mé, riendo junto a sus hermanos sobre su corcel de barro y plata.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Decía que si el corcel de barro y plata era tu moto??? :-)

Decía también que, como siempre, tus fotos preciosas, y tu escritura, deliciosa.

Besos y abrazos.